Ingredientes para 4 raciones:
- 150 gr de chocolate (al menos 70% de cacao)
- 100 gr de azúcar
- 1/2 litro de leche
- 4 yemas de huevo
- 1 vaina de vainilla
Trocea el chocolate y fúndelo en el microondas con dos cucharadas de agua. Hazlo en intervalos de 30 segundos y removiendo entre tanda y tanda, para que el chocolate no se queme. Con 1 minuto y medio en total debería ser suficiente, pero depende de la potencia de tu microondas.
Por otro lado, pon la leche un cazo o cazuela pequeña, con la vaina de vainilla abierta por la mitad. Lleva a ebullición y reserva fuera del fuego y tapado (para infusionar la vainilla).
Pon el azúcar en un bol con las yemas de huevo y empieza a batir enseguida para que no se queme la proteína del huevo (si no, luego quedan trocitos amarillos un poco duros). Bate hasta que la mezcla quede blanquecina y espumosa.
Recupera la leche. Coge la vaina de vainilla y raspa su interior con un cuchillo para retirar las semillas. Incorpora las semillas a la leche. La vaina puedes tirarla o lavarla bien con agua, secarla y guardarla para otra preparación - Aunque sin semillas no tendrá tanto sabor, aún conservará algo de aroma.
Vierte la leche poco a poco sobre las yemas y remueve bien para que quede integrado. Añade el chocolate fundido y sigue mezclando hasta tener una mezcla homogénea.
Pon esta preparación al baño maría (el bol con la mezcla sobre una cazuela con agua y al fuego) durante unos 10 minutos, sin dejar de remover, o hasta que espese un poco (verás que va cogiendo la consistencia de una natilla).
Después rellena las copas o vasos y deja enfriar en la nevera hasta la hora de tomar.