Dificil será encontrar a alguien que no conozca o haya probado alguna vez este bizcocho. Desconozco su origen pero cuando dices que "es el bizcocho que utiliza las medidas de un vaso de yogur" todo el mundo sabe cuál es. Eso sí, las medidas siempre cambian de casa en casa, así que os dejo con la versión de mi familia.
El resultado es un bizcocho muy suave y esponjoso que se desmigaja con facilidad. Si además se acompaña con manzana, es una auténtica delicia, y siendo tan fácil de hacer, yo lo considero un básico.
Las medidas se expresan en envases de yogur. Lo mejor es que vacíes el yogur en un bol, lo reserves hasta su utilización. Lava el envase y mide el resto de ingredientes con él.
Ingredientes para un molde de 21cms:
- 3 medidas de harina
- 2 medidas de azúcar
- 2 huevos grandes
- 1 sobre de levadura Royal (16 gr)
- 1/2 medida de aceite de oliva
- 1 manzana (opcional, para decorar)
Precalienta el horno a 180ºC.
Pon los huevos y el azúcar en un bol y bátelos bien hasta que tengas una masa cremosa. Incorpora, una a una, las medidas de harina y la levadura y mezcla con la ayuda de una espátula.
Añade el yogur y el aceite, mezclando todos los ingredientes hasta que estén bien integrados.
Unta con mantequilla el fondo y las paredes del molde que vayas a utilizar, salpícalo con harina y vierte la masa.
Pela la manzana, córtala a láminas y ponlas por encima de la masa.
Hornea durante 35 minutos a 180ºC. Para comprobar que el bizcocho esté listo, pínchalo con un palillo. Si éste sale seco es que ya lo puedes sacar. Si no, déjalo unos minutos más.
Cuando lo saques del horno, deja enfríar en el molde durante 10 minutos. Luego desmolda y termina de enfriar sobre una rejilla.
Si quieres darle brillo a la manzana puedes preparar un jarabe suave poniendo en un cazo 1 cucharada de azúcar y 3 de agua. Cuando rompa a hervir, aparta del fuego y pinta las manzanas.