Me niego y me resisto a dejarlo ni a bajar el ritmo de publicación (porque pasa lo que pasa, que la lista de Pendientes crece y crece y me entran las ansias por cocinar y cocinar...) así que ni que sea tarde, por poco que pueda publicaré.
Del reto que nos proponía Whole Kitchen para este mes, los clásicos Biscotti italianos, debo decir que nunca los había hecho y... que no me llaman nada la atención para comerlos... Los carquinyolis, típicos de aquí en Catalunya, nunca me han gustado mucho la verdad. Peeeeero, no por eso iba a dejar pasar la oportunidad de probar algo nuevo en la cocina, al fin y al cabo, no todo lo que cocino me lo zampo yo! (hay que ir repartiendo calorías).
De todas maneras, he buscado darles un twist para hacer algo que me encanta: las castañas. Al final reconozco que mientras escribo este post me estoy tomando un par con este maravilloso té frutal que me trajo Irene de Turquía... Una combinación fabulosa, un desayuno de lujo para ser martes!
La receta básica es la misma que nos propone CWK, con el único cambio de las almendras por las castañas.
Ingredientes:
- 260 gr harina
- 150 gr azúcar
- 3 huevos
- 145 gr castañas peladas y tostadas
- 5 gr levadrura en polvo
- Sal
La preparación es un poco engorrosa porque la masa es terriblemente pegajosa, así que conviene tener harina cerca para enharinar la superficie de trabajo.
Mezcla la harina, el azúcar, la levadura y una punta de sal en un bol.
Bate los huevos aparte y añádelos poco a poco a los ingredientes secos. Verás cómo la masa va cambiando a medida que mezclas con la espátula.
En mi caso, tras añadir los tres huevos todavía quedaba harina sin integrar a la masa y no podía hacer nada con la espátula, así que he metido una mano para terminar de mezclar.
Después, añade las castañas. Traslada la mezcla a la mesa de trabajo enharinada y forma un rectángulo. Luego llévalo a la bandeja del horno y hornea a 180º durante 30 minutos.
Saca la masa, déjala enfriar durante 10 minutos y, con un cuchillo de sierra, corta rebanadas gruesas.
Pon las rebanadas tumbadas sobre sí mismas (de lado) y hornea durante 10 minutos. Dales la vuelta y déjalas otros 10 minutos en el horno.
Finalmente, puedes mojarlas en chocolate deshecho y dejarlas secar sobre una rejilla.