Y cómo no, el postre que nos llevábamos cada trabajador/a cada día (¡eso es lo que más echa de menos mi familia de esa época!).
Algo que a mi padre le encantaba eran las orangettes, y cuando podía le compraba un paquetito o dos, que eran tratados como tesoros. Dulces pero con su punto de amargor y cubiertas en chocolate negro... ¡no había quien se resistiera!
Como ya hace años que no se las compro, este año se las he hecho para Navidad. Es sólo un detalle, pero estoy segura que le sorprenderá :)
A continuación dejo los ingredientes, pero las cantidades variarán en función de cuántas naranjas quieras hacer.
- Naranjas
- Almíbar tpt (tanto de agua, tanto de azúcar)
- Chocolate (opcional)
Lava bien las naranjas y córtalas en rodajas de unos 5mm de grosor.
Pon agua a hervir y escalda las naranjas durante 1 minuto, para quitarles el exceso de amargos que pueda tener la piel. Cambia el agua y repite la operación. Resérvalas.
Calcula la cantidad de agua que necesitarás para cubrir las naranjas en el recipiente que hayas escogido. De azúcar deberás poner la misma cantidad que de agua. Lleva estos dos ingredientes a ebullición e incorpora las naranjas. Deja hervir 5 minutos y luego rebaja el fuego y déjalo durante 40 minutos más, removiendo de vez en cuando con cuidado. Debes vigilar que las naranjas no se rompan por el centro (la carne diríamos).
Pasado este tiempo, retira del fuego y deja enfriar en el propio almíbar hasta que esté tibio. Luego, deja escurrir las rodajas de naranja sobre una rejilla durante 24 horas, dándole la vuelta un par de veces.
Cuando el almíbar esté seco, procede a cubrirlas con chocolate y, de nuevo, déjalas sobre una rejilla.
Consérvalas en un lugar fresco y seco.